sábado, 16 de marzo de 2013

CAPITULO 2: SUMMER LOVE

Habían pasado dos días desde aquel lunes, y desde ese momento, no había pensado en otra cosa aparte de lo que me esperaba muy pronto.
Días atrás, había contestado a una simple pregunta que me cambiaría la vida de arriba a abajo.
En los días siguientes, no ocurrió nada interesante, salvo que mi cuenta de Twitter, ganó unos cuantos seguidores y en el instituto, las chicas que solían pasar de mi, me miraban con una cara de asco mezclada con celos, yo no le daba importancia, era la chica más feliz que pisaba la tierra! y Claudia lo sabía, ella estaba igual de emocionada que yo, o más aunque ella no se fuera a Londres.

El resto de la semana, pasó volando y sin darme cuenta solo quedaban cuatro días para el final de las clases, lo que significaba que después, viviría la mejor experiencia de mi vida. Ya no tenía exámenes, así qué me dediqué a hacer la maleta y a prepararme el discurso que le recitaría a One Direction cuando los viera por primera vez.

¡Riingg....Riiiing....Riing!!- el teléfono empezó a sonar, ¿a quién se le ocurriría llamar a estas horas?, ¡pero si son las 6 de la mañana!!, y chillando como siempre...
- ¡BUENOS DÍAS!- Claudia
- ¡Oh vamos!, Claudia, te odio!!, quiero dormiir!!
- ¡Solo queda un día!!- Claudia
- ¡Ya lo sé!!!, ¿te crees que se me ha olvidado? , no he podido dormir de los nervios y cuando había cogido el sueño, vas tu y me despiertas!-
- lo siento, pero esque no aguantaba más en la cama y tenía que hablar con alguien de lo nerviosa que estaba.- Claudia.
- En fin, ¿te sientes mejor??!!!-
- Sii, jajajja, bueno ya sabes lo que le tienes que decir a los chicos sobre mí no??-
- ¡¡Que sí pesada!!, le diré que eres una plasta entrometida!-
-Te quieeroo-

Claudia colgó, ya sabía lo que significaba eso, y aunque fuera de broma, nos conocíamos tan bien que ya me había entendido.
Claudia es de ese tipo de personas con las que te entiendes con una mirada o una palabra, saben lo que es bueno para tí, y cuando más se les necesita, ahí están para todo.
Me había ayudado mucho estas últimas dos semanas, si había alguien al que le tuviera que agradecer el haber llegado hasta allí, era a ella.

El día se me pasó lentísimo, lo cual me vino bien para finiquitar la maleta y arreglarme para despedirme de todos. Fui a los recreativos del centro, donde se reunían la mayoría de los jóvenes de mi edad, cerca de los billares, había un grupo de chicos, unos 8 ó 9, y también unas 7 chicas, todos estaban riéndose, seguramente por algún chiste que había contado alguno.

Llevaba puesto un vestidito blanco, más o menos ibicenco, corto y con vuelo, con una goma en la cintura, unas sandalias marrones, y una cazadora vaquera remangada. El pelo, ondulado, como siempre y ligeramente maquillada, era viernes y mis amigos habían quedado a las 7, como todos los viernes, y yo llegaba un poco tarde por haber tenido que terminar la maleta.
Entré a la sala donde estaban y me acerqué, de lejos, Claudia me vió y gritó mi nombre de manera  que todos se giraron y pudieron verme llegar. Cuando estaba a su altura, las chicas empezaron a acrivillarme a preguntas sobre la ropa que me iba a poner en Londres o sobre las canciones con las que me presentaría al concurso... al ser dicho por ellas, y al ver que le daban tanta importancia, me empecé a poner nerviosa, y de pronto, mi mirada se cruzó con la de uno de los chicos del grupo, se trataba de Javier, era un chico alto y fuerte, se notaba que había estado haciendo ejercicio estos últimos meses, tenía el pelo rubio y liso pero no largo, en el perfecto término medio, era un poco moreno de piel, pero lo que más me impresionó, fueron sus dos preciosos ojos azules con los que me estaba mirando.
 
Meses atrás, habíamos estado juntos, pero yo le dejé porque digamos, se juntaba demasiado con otras chicas, casi nunca estabamos juntos y los celos me pudieron, lo dejé escapar y desde entonces casi no habíamos hablado.
 
Aparté la vista y me di la vuelta rápidamente mirando el billar de enfrente pero no pasaron ni 5 segundos, cuando sentí que alguien detrás de mi, me iba a tocar, me giré bruscamente y ahí me lo encontré con una mano alzada retirando el amago de llamarme por la espalda, y en ese momento me deslumbró con esa dulce sonrisa:
 
- Hola- me atreví a decir.
- Hola_____, estás muy guapa- J
 
Me sonrojé y sonreí como una tonta.
- Gracias- pude decir al final.
 
Pero entonces, él atacó primero:
- Asique...te vas a Londres no?-
- Sí, mañana justo!-
-Ah...- dijo con cara de pena.- pues que se te dé bien el viaje!-
-...eh..., si....gracias- que tonta, no sabía responder.
 
Y sintíendose un poco incómodo, se fue tras unos segundos de silencio.
Yo me dí la vuelta y me puse a hablar con las chicas, aunque de vez en cuando le miraba, y el ya me estaba mirando, y yo apartaba la vista enseguida.
Tras unas horas de fiesta y después de despedirme de todos, les dije que me tenía que ir, que mañana tenía que madrugar y tal y cuando había traspasado la puerta, alguien me agarró del brazo, y yo me giré cuando unos ojos grandes y azules, muy azules, se me posaron delante demasiado cerca, era Javier, y sin esperar un segundo, me besó apasionadamente, y después, me dedicó una sonrisa, yo no sabía que decir, pero él fue más rápido y me dijo en tono suave:
- Adiós princesa-
-......aa..aadiós- dije tartamuda, y me marché, eso no cambiaría las cosas, fue un beso de despedida, nada iba a cambiar, Javier, seguía siendo un completo idiota y yo no le vería en todo el verano.
 





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